Salón de Carruajes
Al triunfo de la república contra el gobierno de Maximiliano, el presidente Benito Juarez entro a la ciudad de México el 15 de julio de 1867 a bordo de esta calesa. El carruaje, que mas tarde fue de uso personal del presidente, fue fabricado en París y decorado con el escudo nacional mexicano y motivos de inspiración prehispánica.
El carruaje de uso diario de Maximiliano y Carlota fue más tarde utilizadopara el servicio del presidente Benito Juárez; para ello, los escudos imperiales
que adornaban sus puertas fueron reemplazados por las armas republicanas.
La casa de Cesare Scala de Milán, Italia, elaboró hacia 1864 este carruaje de
gala que acompañó a Maximiliano en su viaje a México y que fue utilizado en
contadas ocasiones durante su estancia en el país.
La carroza, de estilo barroco, está decorada con molduras de plata y bronce,
esculturas de niños y ángeles, escudos imperiales y el lema “Equidad en la
justicia”.
Liberales y conservadores
A mediados del siglo XIX, aún se discutía el programa político y económico quepermitiría organizar a la República y asegurarle un crecimiento sano y estable.
Tomaron forma entonces dos proyectos alternativos cuyos defensores no
dudaron en recurrir a las armas para demostrar su superioridad.
El gobierno de Maximiliano
Agobiado por la carga económica que significaba para el país su deuda públicacon el extranjero, el presidente Benito Juárez decidió anunciar la suspensión
temporal del pago de la misma. Los gobiernos de Inglaterra, España y Francia
respondieron a su decisión con el envío de tropas de intervención.
Maximiliano y Carlota
Maximiliano, hijo de la casa austriaca de Habsburgo, fue el primer
descendiente de los Reyes Católicos en cruzar el Atlántico y pisar suelo
americano; Carlota, de ascendencia Sajonia Coburgo, era hija de Leopoldo I,
rey de Bélgica.
descendiente de los Reyes Católicos en cruzar el Atlántico y pisar suelo
americano; Carlota, de ascendencia Sajonia Coburgo, era hija de Leopoldo I,
rey de Bélgica.
Maximiliano acorralado
A mediados de 1866, a sólo dos años de su llegada a México, la posición deMaximiliano alcanzó un momento de extrema dificultad, determinada por la
situación interna del país y las relaciones entre las potencias extranjeras.
El triunfo de la República
El fin del gobierno de Maximiliano significó la victoria de quienes se opusieron ala injerencia extranjera y el golpe final al programa político conservador. A la
cabeza de ese movimiento de resistencia estuvo siempre la figura del
presidente Benito Juárez.
Adiós a don Porfirio
Durante la primera década del siglo XX se multiplicaron las voces de crítica alrégimen de Porfirio Díaz: estallaron huelgas obreras, rebeliones indígenas y
levantamientos campesinos junto con manifestaciones de protesta que fueron
acalladas y reprimidas mediante el uso de la fuerza.
Los logros de la Revolución
El gran ciclo histórico que se inició con la Guerra de Independencia, concluyósu etapa de definiciones con la lucha armada de la Revolución, en la que las
mayorías expresaron su necesidad de gozar de los beneficios del desarrollo
nacional.
Sala de lectura
Maximiliano en Miravalle
Fernando Maximiliano José fue el segundo hijo del
príncipe Francisco Carlos, hijo de Francisco, emperador de Austria. Como
varón de la casa de Habsburgo, Maximiliano fue educado bajo el lema de la
familia: “Austria est imperare orbi universo” -Austria imperará sobre todo el
universo-. En su juventud, Maximiliano se desempeñó como oficial de la Marina
de Guerra y luego fue nombrado gobernador general de Lombardía y Venecia.
En el puerto de Trieste, Maximiliano construyó el castillo de sus sueños al que
llamó Miramar. Cuando conoció Chapultepec, decidió llamar Miravalle a su
nuevo palacio, en cuyas terrazas podría dedicarse a leer y escribir sus Recuerdos de mi vida.
Sala de juego
Las horas de ocio
Al margen de los asuntos de Estado, los habitantes de la
residencia buscaban momentos de esparcimiento y diversión. En el Alcázar, los
gobernantes mataban el tiempo con una partida de boliche o de billar, o
sostenían con sus invitados un encuentro de naipes o de ajedrez.
ComedorEl gobernante a la mesa
Compartir el alimento significa integrar al invitado en
el ámbito familiar y es común que los momentos relevantes de la vida individual
se celebren con un convite a la vez íntimo y festivo. Al presidir la mesa, el
gobernante hace gala de su generosidad y refuerza su carácter de padre de
familia.
Antecomedor
Tras bambalinas
Además de sus ocupantes ilustres, el Alcázar albergó a
decenas de sirvientes cuyas labores hicieron posible el funcionamiento de las
instalaciones y la atención de las necesidades de sus habitantes. Día tras día,
desde tempranas horas de la mañana, en los sótanos y en la planta baja del
edificio se daban cita ayudantes de cámara, personal de limpieza y
mantenimiento, amas de llaves, cocineros, lavanderas y meseros, cuyos
nombres carecen de lugar en los libros de historia. A los costados de esta sala,
una escalera y un montacargas hacían llegar las viandas desde la cocina,
ubicada en el sótano, hasta la mesa del comedor que ocupa este nivel.
El cerro sagrado
A la llegada de los conquistadores españoles, Chapultepec era considerado unsitio sagrado, donde era propicio invocar el favor de los dioses.
La maquinaria del progreso
El programa económico del Porfiriato, resumido en el lema “Orden y Progreso”,buscaba integrar a México en la senda del crecimiento industrial combinado
con un moderno sistema de comunicaciones y transportes. Díaz sostenía con
auténtico orgullo los logros de su gestión.
Escalera Interior
La comodidad del hogar
La apertura de esta escalera durante el periodo de
gobierno del presidente Manuel González (1880 a 1884), contribuyó de forma
notable a convertir el Alcázar en una residencia cómoda con espacios
accesibles. Las habitaciones del presidente y su esposa, ubicadas en el piso
superior, se comunicaron mediante esta escalera con las salas de recepción y
el comedor localizados abajo. La escalera de los leones se reservó al
recibimiento de los invitados, mientras que las escalinatas del esbelto torreón
sureste y de detrás del comedor se utilizaron para la circulación de la
servidumbre. La circulación entre las dos plantas y el sótano se complementó
con un elevador eléctrico, para uso exclusivo del presidente y su familia.
Nostalgia por Europa
Al evocar las tradiciones familiares, las casas nobles
de Europa demostraban su abolengo y enriquecían sus estancias con obras dearte y piezas de fino diseño. En este salón, los retratos de Maximiliano y
Carlota, realizados por Albert Graefle en 1865, están acompañados por los de
los monarcas franceses Napoleón III y su esposa Eugenia de Montijo, que
fueron sus tutores.
El propio Napoleón III obsequió a Maximiliano la sala de madera de
avellano estilo Luis XV, en cuyas tapicerías de gobelino de Aubusson se
reproducen escenas de las fábulas escritas por Jean de La Fontaine. Los
pianos, uno francés y otro inglés, pertenecieron a Maximiliano y a su esposa.
Salón de Té
Carlota en Chapultepec
la compañía de varias damas elegidas entre las familias más notables de
México. Durante su estancia en Chapultepec, fundó casas de beneficencia para
las clases menesterosas, organizó recepciones y convivió con sus damas, pero
no dejó de participar de forma activa en los asuntos políticos del país. Cuando
Maximiliano viajaba al interior, dejaba las riendas del gobierno en manos de
Carlota, quien presidía los consejos, daba audiencia a los ministros, recibía a
los embajadores en los salones oficiales y dictaba órdenes e instrucciones.
Cuando los problemas de su gobierno se agravaron, ella decidió acudir a las
cortes europeas y al papa Pío IX en busca de ayuda, que no consiguió.
Recámara de Carlota
La recuperación del palacio
Entre las distintas residencias de Maximiliano
estaban el Palacio Imperial (hoy Nacional), el de Chapultepec y la Quinta
Borda, en Cuernavaca. Cada una de ellas fue decorada con tapices, alfombras,
vajillas y ornamentos europeos cuya adquisición significó gastos excesivos
para las arcas personales y públicas. Cuando Maximiliano abandonó la Ciudad
de México previendo el fin de su gobierno, a finales de 1866, ordenó el
desmantelamiento de sus palacios. Se inició entonces una larga historia de
pérdidas y reencuentros. La recámara francesa de estilo Boulle que aquí se
muestra, fue adquirida por el presidente Manuel González, quien la creyó
perteneciente a Carlota. La cama de latón de Maximiliano y otros objetos
fueron parte del mobiliario abandonado en el Castillo tras su muerte.
Gabinete de Aseo
Hábitos de salud y limpieza
Las intenciones del gobierno de Maximiliano de
“situar a México en los adelantos de la civilización” lo llevaron a renovar los
servicios públicos, entre los que se hallaban los ductos de agua potable —que
sustituirían al popular “aguador”, quien cargaba el agua de las fuentes públicas
a todos los rincones de la ciudad—, el desagüe del Valle de México, el
empedrado de calles y su iluminación con gas. En aquel entonces, para
bañarse se utilizaban tinas o artesas con el auxilio de aguamaniles y jofainas.
En el Alcázar, adonde el agua llegaba desde los manantiales del cerro a lomo
de mula o en carretas, Maximiliano y Carlota contaban cada uno con un
gabinete para su aseo e higiene personal.
Sala de EstarLa educación de una princesa
María Carlota Amelia, princesa de Bélgica,
tenía diecisiete años cuando casó con Maximiliano. Proveniente de una familia
de reyes (su prima Victoria era soberana de Inglaterra), fue educada con
esmero en los principios de la religión católica, la ciencia, el arte y la política.
Antes de viajar a México, estudió con detenimiento la historia y las
descripciones del país que se habían publicado en Europa, y su interminable
curiosidad sobre las costumbres locales irritaba a sus damas de compañía
mexicanas, educadas para la vida en el hogar. Lejos de preocupaciones
domésticas, en sus momentos de retiro Carlota pensaba en cómo gobernar el
territorio y educar a sus habitantes.
Los cadetes heroicos
Una de las más amargas experiencias de la joven nación mexicana fue, sinduda, la guerra con Estados Unidos entre los años 1846 y 1848, cuando el país
vio ocupada su capital por el ejército norteamericano y perdió más de la mitad
de su territorio.
Salón de Acuerdos
Un castillo para el museo
Lejos de traer tranquilidad al país, la salida de
Porfirio Díaz rumbo a Europa, en mayo de 1911, no pudo evitar la prolongación
de la Revolución Mexicana, que dio origen al Estado mexicano moderno. Los
presidentes siguieron ocupando el Castillo como residencia y transformaron a
su gusto las fachadas y habitaciones. En este salón los gobernantes recibían a
los miembros de su gabinete para discutir y resolver los asuntos públicos. El
presidente Lázaro Cárdenas trasladó su casa oficial a Los Pinos y entregó el
Castillo al pueblo de México, en 1939, para que en él se estableciera el Museo
Nacional de Historia, que abrió sus puertas en 1944.
Sala de la Batalla de Chapultepec
La invasión norteamericana
El Castillo de Chapultepec fue escenario de uno de los capítulos más sensibles
en la historia de México: la batalla final de la guerra entre México y Estados
Unidos a mediados del siglo XIX. La invasión tuvo su origen en el interés de
Estados Unidos por extender su espacio nacional a costa de las tierras
norteñas mexicanas y dominar, incluso, el litoral del Océano Pacífico.
Asalto al Castillo de Chapultepec
Después de las batallas de Padierna, Churubusco y Molino del Rey, la defensade Chapultepec adquirió gran importancia, ya que el ejército invasor continuaba
avanzando al centro de la capital por el rumbo de Tacubaya.
Ya desde el 27 de agosto de 1847, el general Santa Anna había
nombrado comandante del punto de Chapultepec al general Nicolás Bravo, por
lo que el general Mariano Monterde quedó como segundo al mando; éste
organizó grupos de soldados que, aunados a los alumnos del Colegio Militar,
sumaron 832 individuos de tropa, mientras que los invasores eran más de 7
mil.
Los héroes de Chapultepec
Cuando se produjo el ataque al Castillo de Chapultepec, Santa Anna dispuso
que los alumnos más aventajados fueran enviados al ejército como oficiales y
que los demás abandonaran el plantel; sin embargo, ellos solicitaron
permanecer en el edificio y defenderlo con su propia vida. Ese día, 13 de
septiembre, cadetes, jefes y oficiales defendieron el punto confiado a su
custodia.
También murieron en la acción y cumpliendo con su deber los alumnos:teniente Juan de la Barrera (19 años), quien falleció en su puesto defensivo alque los alumnos más aventajados fueran enviados al ejército como oficiales y
que los demás abandonaran el plantel; sin embargo, ellos solicitaron
permanecer en el edificio y defenderlo con su propia vida. Ese día, 13 de
septiembre, cadetes, jefes y oficiales defendieron el punto confiado a su
custodia.
oriente del cerro; Vicente Suárez (15 años), herido en el Vigía del Mirador y que
murió al día siguiente; Agustín Melgar (18 años), hecho prisionero y que, herido
de gravedad, falleció pocas horas después; Juan Escutia (20 años),
desempeñaba el puesto de centinela en el edificio del Colegio, el cual según
cuenta la tradición, murió en los riscos del cerro al arrojarse al vacío, llevando
consigo la bandera nacional; así como Fernando Montes de Oca (18 años) y
Francisco Márquez (13 años), que posiblemente murieron en la Plaza de
Armas.
Recámara de Porfirio Díaz
Porfirio Díaz en Chapultepec
La familia presidencial tenía su residencia en la
casa número 8 de la calle de La Cadena (hoy Venustiano Carranza), que
ocupaba la mayor parte del año, y durante el verano frecuentaba el Castillo de
Chapultepec, que fue adaptado para realizar lujosos bailes y recepciones.
Desde su juventud, Porfirio Díaz mantuvo el hábito de levantarse de
madrugada, realizar ejercicios de gimnasia y practicar la natación. A tempranas
horas dictaba órdenes y recibía a sus ministros en Palacio Nacional, sede
oficial de la presidencia. Y cuando los asuntos públicos se lo permitían, salía de
la Ciudad de México hacia Querétaro, Michoacán o Jalisco a dedicarse a una
de sus diversiones favoritas: la cacería.
Recámara de Carmen Romero RubioUn modelo de distinción
Hija de un destacado militar de corriente política
adversa al presidente Díaz, Carmen, su esposa, “reunía cualidades capaces de
rendir el corazón más exigente”. Educada, elegante, discreta y piadosa, doña
Carmelita ganó para Porfirio la aceptación de algunos de los sectores más
reacios a su gobierno. Aunque siempre cuidó de mantenerse alejada de los
asuntos políticos del presidente, contribuyó a mejorar su imagen pública y no
dudó en interceder a favor de los necesitados que buscaban su ayuda.
Despacho de Carmen RomeroDon Porfirio y Carmelita
Porfirio Díaz Mori, viudo, de cincuenta y un años de
edad, entonces ministro de Fomento, y Carmen Romero y Castelló, de
diecisiete, celebraron su matrimonio civil y religioso en noviembre de 1881, y se
mantuvieron unidos hasta la muerte del general, ya en el exilio en París, en
1915. Aunque no tuvieron descendencia, con ellos vivieron los hijos de don
Porfirio —Luz, Porfirio y Amada— así como algunos de sus dieciséis nietos.
Fertilidad y abundancia
En los vitrales emplomados que dan su nombre aesta galería se expresan la predilección por el arte europeo del siglo XIX y las
fuentes grecolatinas en las que éste, a su vez, abrevaba. Los vitrales,
fabricados en París por encargo de Porfirio Díaz hacia 1900, muestran las
elegantes figuras de cinco diosas que encarnan en la mitología los atributos
femeninos.
Las grandes recepciones
Durante la estancia de Porfirio Díaz en la
Presidencia, las relaciones internacionales del país conocieron un periodo de
fortalecimiento que atrajo inversiones extranjeras, consideradas necesarias
para modernizar a la nación. Los salones del Castillo de Chapultepec recibieron
en varias ocasiones a los diplomáticos de otros países, donde gozaban de la
hospitalidad de la familia presidencial.
Esta estancia, conocida también como “Salón de Embajadores”, fue
decorada al estilo francés, con elementos barrocos y neoclásicos, por el artista
Epitacio Calvo. El mobiliario, de estilo Luis XVI y la alfombra —realizada por la
casa Aubusson con una vista del Castillo—, fueron fabricados en Francia.
Un estudio en casa
Porfirio Díaz cursó el bachillerato en el SeminarioTridentino de su natal Oaxaca, ciudad donde siguió la carrera de Leyes. A lo
largo de su vida, siempre encontró momentos para la lectura y el estudio —
aunque nunca corrigió algunos errores de ortografía—. Entre los libros de su
biblioteca se encontraban obras históricas y de jurisprudencia, tanto como
libros en los que se exaltaban la paz y progreso alcanzados durante su
gobierno.
Desde la cima
El torreón del Alcázar de Chapultepec —conocido, según los términos de la
arquitectura militar, como el Caballero Alto— fue construido en la parte más
alta del promontorio natural, que se eleva unos 45 metros sobre el nivel de la
Ciudad de México.
jiijii muy bonito museo :D
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